Hábitos Saludables
Hábitos Saludables
Estamos en el mes de Agosto, cuantos meses pasaron después de enero cuando creaste esa lista, por lo menos mental, de objetivos que querías lograr y que puede ser que ya olvidaste o dejaste en el intento; Muchas historias por contar relacionadas con compromisos que nos inventamos pero que no somos, y digo somos porque me incluyo, capaces de lograr.
¿Y porque nos sucede esto si lo deseamos en verdad?,
Existen varios factores a tomar en cuenta alrededor de esta pregunta:
Creo que comenzaré hablando del ingrediente primordial para el logro de objetivos:
La disciplina de los buenos hábitos
Hace poco escuche en Ivoox, (una plataforma para escuchar podcast, audiolibros, etc. la cual te recomiendo mucho); una historia llamada “La Buena Suerte” de Alex Rovira, en la cual se hablaba de un trébol mágico, que quien lograra encontrarlo se ganaría la Buena Suerte de por vida.
El narrador nos describe al ganador como aquel que realizó una serie de buenos hábitos que provocaron que el trébol creciera donde él preparó las condiciones para que naciera; muy por el contrario a sus contrincantes, que lo único que hicieron fue aspirar al trébol solo deseándolo, esperando que llegara a ellos solo por creer merecerlo. ¿Me entiendes? La diferencia entre ser un soñador y un hacedor de sueños está en la acción, pero no cualquier acción, si no la acción de buenos hábitos enfocados a tus objetivos.
Nada llega solo por desearlo
Si revisamos nuestros hábitos diariamente, nos daremos cuenta que no todos son congruentes a nuestros objetivos y que, aunque nos damos cuenta de ello e inclusive hemos intentado cambiarlos, terminamos repitiendolos tarde o temprano.
Por ello quiero compartir contigo información que al poner en práctica te ayudará la próxima vez que intentes adquirir un buen hábito:
1.-Define con claridad el hábito.
Pregúntate si para adquirir este hábito deberás aprender algo (Ejemplo – hacer ejercicio-) o tal vez desaprender algo (Ejemplo – dejar de fumar-) pues cada uno tendrá una técnica diferente para lograrlo.
Ojo: Para sumarle a la dificultad te cuento que no es lo mismo aprender o desaprender hábitos en la infancia que en la adultez; esto debido a la neuroplasticidad (capacidad cerebral para formar nuevas conexiones neuronales, ideas, pensamientos y ser influido por el entorno). Esta neuroplasticidad es mayor en la niñez y la adolescencia, cuando el cerebro aún está en desarrollo, por lo que nosotros los adultos necesitamos sumarle algunas estrategias.
Para aprender algo. Imagina que nuestro cerebro es un pastel al cual deseas meterle un aprendizaje que representaremos como abrir espacio para meter una rebanada tan delgada o gruesa como te signifique ese aprendizaje, -¿ se escucha complicado verdad? – pues lo haremos desfragmentando la rebanada en tantas partes como sea necesario para que al agregarla al pastel no sea de manera agresiva, si no de moruza en moruza, sin prisa y sin pausa.
En nuestro ejemplo de aprender el hábito de hacer ejercicio, desfragmentarlo en moruzas sería algo como empezar con 10 minutos diarios de caminata, luego, 20, 30, … o ir aumentando 2 hasta 4 días de rutina semanal conforme nos vayamos sintiendo cómodos.
Desaprender algo. Ahora vamos por lo contrario; a quitar una rebanada del pastel tan grande como el tamaño del mal hábito que deseas eliminar; entonces quedará un espacio ¿y que debemos hacer con eso?, porque causará inestabilidad a tu mente y con ello ansiedad por el vacío o faltante. Pues la tarea aquí es la suplencia de acciones.
En el ejemplo de desaprender el hábito de fumar, la manera de suplir el momento de fumar un cigarro lo cambiaríamos por opciones que varían según cada persona, podría ser el tomarnos un vaso con agua, hacer unas respiraciones, salir a caminar, estos son ejemplos muy sanos de suplencia, aunque también podrían suplirse con cigarro electrónico, comerte una menta, ponerte parches, etc.
¿Y porque no te recomendé ir quitando de moruza en moruza la rebanada que no queremos? Si se puede, pero no es lo más recomendable, pues alargamos el tiempo de adaptación en tu cerebro, al cual, lo que más le conviene para desaprender, es suplir el hueco del mal hábito con uno positivo para dejar de pensar en eso.
Para cerrar el punto 1, te recomendaría entonces
a)Escribir el hábito lo más específico posible, mencionando si se pretende aprender o desaprender.
b)Planear la estrategia, ya sea, las etapas de la desfragmentación de tareas para ir aprendiendo de a poco o la suplencia del mal hábito por uno positivo y mencionar cuál o cuáles serían los posibles suplentes.
c)La claridad del hábito te dará motivación, esa chispa de energía que mientras dure todo irá bien, así que encuentra los motivos de tu interés por desarrollar un nuevo hábito y no los pierdas nunca de vista, podrías buscar imágenes con las que asocies ¿cómo te sentirás con ese nuevo hábito? y ponerlas cerca de ti, ponte notas de motivación, crea un mantra personal, cuéntale a alguien tu objetivo y pídele que esté al tanto de tu desempeño esperando su apoyo…
Hasta el momento todo va bien, pues lo más fácil es comenzar, pero hablemos de lo que también podrá pasarte:
2. Cuando desarrolles un hábito vas a fallar
Ya te lo comente y justifique científicamente, parte del proceso de aprendizaje involucra equivocarse o fallar en cualquiera de sus siguientes formas:
- Por falta de motivación se omite la acción y se rompe el compromiso.
Lo que debemos hacer en este caso es primero que nada ser condescendientes, no te trates o te hables mal por tener desánimo para no provocar frustración, mejor prepárate y prometete que esa omisión al compromiso no será consecutiva, es decir, nunca te sucedera dos momentos seguidos.
En el ejemplo del hábito del ejercicio, si ya habías avanzado a 30 minutos de caminata y ese día no tienes ánimo y paraste a los 10 minutos o de plano ni lo hiciste, lo que debes hacer es que al otro dia debes prometerte reanudar el compromiso por lo menos a los 10 minutos con los que iniciaste el día 1, eso no importa, lo que importa es la constancia.
En el ejemplo de dejar de fumar, si en una fiesta caiste a la tentación y te fumas un cigarro o muchos, al otro día repite tu rutina de suplencia como si nada hubiera pasado, tomar agua, caminar, respirar, etc. procurando por ningún motivo fumar el día siguiente al día que fallaste.
No te desilusiones, recuerda que lo que estás aprendiendo no es el hábito en sí, si no, la disciplina para adquirir hábitos; me entiendes?
Una vez que logres aprender el proceso y controlarlo, cualquier cosa podrás lograr porque lo que aprendiste fué la metodología de aprendizaje. Recuerda, no permitas que tu hábito falle dos días seguidos, es clave, es el momento más difícil pero más importante en el proceso de aprendizaje.
3.- Fortalece tu voluntad
Por último quiero hablarte de la voluntad pues es el ingrediente estrella que va a ayudarte una vez que tu motivación vaya cediendo en intensidad.
Vas a necesitar de ella en momentos en los que las circunstancias no están ayudando a tus compromisos, por ejemplo: Si deseas dejar de fumar, usaras la voluntad cuando estés en un momento donde antes fumabas, como después de comer o tomando el café o la copa con los amigos, o si estás intentando hacer ejercicio querrás renunciar un día que no dormiste bien o que tuviste mucho trabajo. Y bueno, creo que si tienes gran voluntad lo vas a lograr, pero no abuses de ella exponiendote a esos momentos complicados pues te va a costar más trabajo el accionar como deseas.
Lo que te recomiendo en este punto es: apunta la causa por la que fallaste cada vez que te suceda para revisar después ¿que fué lo que te saboteó? e intentar hacer acciones correctivas en el plan de acción. Así iremos aprendiendo y mejorando en cada intento.
En el ejemplo del ejercicio, si fallas por falta de energía, entonces vas a planear todas las acciones posibles para llegar con energía a la hora que debes hacer ejercicio; como?, pues comiendo y durmiendo cómo debes, organizar tu horario para no andar corriendo en el día, o en el caso de dejar de fumar, si sabes que se te puede antojar el cigarro en esa comida familiar, lleva tu cigarro electrónico, o ponte un parche, o lleva unas mentas etc.
Procura contar con ese plan de cuidado anti sabotajes para que no le dejes toda la tarea a la voluntad. Me cachas?
Sea cual sea el hábito que deseas adquirir o modificar, estará listo en dos meses, dos meses en los que como te dije, debes enfocarte en aprender la metodología de aprender, no le pongas expectativas al hábito, ese es el medio y no el fin de tu esfuerzo.
Si no crees que esto sea para ti, aunque la verdad lo dudo, tal vez conoces a alguien que desea mejorar sus hábitos y tú podrías ayudarle con este artículo
En Proyecto Plenitud aprenderás la mejor metodología para la mejora contínua, cuenta conmigo si te fué interesante lo que acabo de compartirte y quieres llevarlo a la práctica con acompañamiento; pero también si tu tienes o practicas alguna técnica que quieras compartirme estaré feliz de que me escribas a hola@proyectoplenitud.com